Como saber que tratamiento necesita tu cabello
10/05/2025
Los cambios hormonales, la nutrición y algunos factores ambientales inciden para bien o para mal en el aspecto del cabello. Si bien el uso de productos cosméticos ayuda a revitalizarlo, hay algunos “obstáculos” que impiden mantenerlo fuerte e hidratado.
Aunque muchas personas lo pasan por alto, la práctica diaria de algunos hábitos que parecen “inofensivos” en realidad son detonantes del daño del cabello. Aunque algunos no producen un impacto inmediato, con los días inciden en la sequedad, quiebre de puntas o caída excesiva. Lo más preocupante es que es difícil reconocerlo y suele avanzar hasta generar agresiones irreparables. Por eso, si hay algún signo mínimo de problemas capilares, es mejor
identificar si algo no está bien dentro de la rutina. ¡Descúbrelo!
El lavado excesivo puede dañar el cabello
causando sequedad y debilitamiento. Aunque no es dañino en sí mismo, lavarse el cabello con demasiada frecuencia, especialmente con productos agresivos o agua caliente, puede resecar el cuero cabelludo e irritarlo, lo que puede provocar problemas como caspa o debilitamiento del cabello.
El cepillado excesivo puede dañar el cabello de las siguientes maneras:
El cepillado excesivo puede desgastar las cutículas del cabello y aumentar la probabilidad de rotura, mientras que cepillar el cabello mojado o con fuerza puede provocar daño tales como. Desgaste de las cutículas, aumento de la rotura, daño a las fibras capilares, enredos y nudos
Uso de productos no adecuados
El uso de productos capilares incorrectamente diagnosticados puede dañar el cabello, causando problemas como sequedad, frizz, caída, y problemas en el cuero cabelludo.
El diagnóstico incorrecto puede llevar a la elección de productos que no se adaptan al tipo de cabello o a las necesidades específicas de cada individuo, lo que puede empeorar los problemas existentes o crear nuevos.
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La exposición a altas temperaturas
El abuso de calor, ya sea de herramientas como secadores, planchas o rizadores, daña el cabello. La exposición repetida a altas temperaturas puede debilitar las fibras capilares, causar puntas abiertas, encrespamiento, sequedad y rotura, dejando el cabello sin brillo y quebradizo.
Los rayos UV dañan la cutícula
La exposición prolongada al sol puede dañar el cabello. Los rayos UV dañan la cutícula, la capa externa del cabello, lo que lo hace más frágil, seco y quebradizo, y también puede alterar el color natural del cabello.
La radiación UV daña la cutícula, la capa protectora externa del cabello, lo que la desgasta y la hace más porosa, permitiendo que el cabello pierda humedad y se reseque.
Altera la queratina que es la proteína principal del cabello, debilitándola y haciendo que el cabello sea más frágil, seco y propenso a la rotura.
Desgasta, decolora u opaca el color del cabello, tanto en cabellos teñidos como naturales.
No cortar frecuentemente las puntas
Las puntas abiertas y dañadas pueden extenderse hacia arriba por el cabello, debilitándolo y haciendo que se rompa con mayor facilidad. El corte regular ayuda a eliminar el cabello dañado, permitiendo que el cabello sano crezca más fuerte y largo. El daño que causa no cortar el cabello:
Puntas abiertas:
Son un signo claro de daño que puede extenderse hacia arriba y debilitar el cabello.
Rotura:
El cabello debilitado se vuelve más propenso a romperse, especialmente en las puntas.
Dificultad para crecer:
El daño en las puntas puede impedir que el cabello alcance su máximo potencial de longitud.